miércoles, 28 de abril de 2010

Una vez...

Una vez fui la Maga. Para ti, lo fui. Y yo era tan ignorante que no aprecié el significado ardiente de esa comparación. Ahora lo sé. Demasiado tarde. Si lo hubiese sabido entonces, las cosas serían diferentes, y el paralelo sería el real, y el real sería un y-si.

Todas las chicas quieren ser la Maga. Yo lo era y no supe apreciarlo. Ahora pago la osadía de la ignorancia comprometida con miedo. Por ello viajaré a París con la esperanza de encontrarte en una calle, sabiéndolo pero sin saber, queriéndote sin querer, que es lo único que puedo hacer desde que te conocí. Mientras, tú seguirás preguntándote si encontrarás a la Maga, o quizás ya lo has hecho; porque yo ya no soy más ella, porque la Maga está en tus ojos.

Una vez fui la Maga. Y sólo por eso te estaré agradecida eternamente.



Hablaremos un rato de cine
Y más tarde de arte…
Sí… Tú, arte. Hipnotizante.



(Al chico recíproco. Estés donde estés, estés con quien estés… a mis 30.)

2 comentarios:

  1. Pues yo tengo una entrada en la que escribí: "Nunca seré la Maga". Yo nunca quisé serlo. De hecho, fue siemre lo que más me atemorizó. Nunca quise no entender su metafísica.

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